jueves, 6 de diciembre de 2012

Vintage Records II: Mala Suerte - "La herencia de los náufragos" (1995)




El tercer disco de la banda de Alejandro Fassi (actual voz de Zumbadores) y de Gabriel Irisarri (ex guitarrista de los belicosos Comando Suicida) fue el mejor disparo que Mala Suerte pudo realizar en medio de una severa crisis interna que los dejó afuera del camino. A mediados de 1995 salió a la luz un compendio de canciones completamente distintas a las que ocupaban los surcos de “La máxima emoción” (1992) y “Sinfonía nocturna” (1994), titulado “La herencia de los náufragos”.


Los cambios fueron a granel: GustavoEl CondeJurio, tecladista del combo, se alejó por cuestiones estrictamente musicales, e ingresó el gaitero Víctor Naranjo, quien le dio un sabor diferente al punk rock popero de la banda; el bajista Ariel Kessler fue reemplazado al finalizar la grabación por el jovencísimo FernandoCachorroRaggio, y se despidió con el instrumental “El naufragio de la piraña” (apodo ganado en las sesiones de estudio); y finalmente el ex manager Nico Landa pasó a ocupar el rol de guitarrista rítmico, logrando un sonido más contundente. 


Cansados del escaso reconocimiento tanto del público como de la prensa, y luego de haber jugado todas sus fichas en el disco anterior (en el que contaron con invitados tales como Federico Pertusi de Belfast, Hermann Ponti Lagarde de Mal Momento, Hugo Irisarri de Doble Fuerza y la sección de vientos de Los Auténticos Decadentes), decidieron hacer canciones en las cuales se notaran fielmente las influencias que hasta entonces se avizoraban en cuentagotas: las letras de Fassi se volcaron hacia el lado de la pluma críptica y metafórica del Indio Solari, y la música tomó un cariz más celta, evidenciando las largas jornadas que pasaron escuchando a los irlandeses The Pogues y Stiff Little Fingers. 
 


         En lo que respecta a las canciones en sí, Mala Suerte utilizó esta vez una amplia paleta de colores, yendo desde el casi heavy “Rey de los cabrones”, un tema inspirado en la película “Carlito’s Way” de Brian De Palma, a un homenaje en clave punk rock a Diego Maradona (“Un dios aparte”), pasando por dos clásicas composiciones irlandesas (“Jilby Coming” y “Amazing Grace”) tocadas con instrumentos como gaita, acordeón, banjo y tin whistle. Inclusive, en las gaitas de “El cantinero” se puede notar un claro guiño al “No somos nada” de La Polla Records y en "El bar de la lluvia" introducen una parte del "Whisky in the jar" de Thin Lizzy.  


 
La voz de Fassi suena irreconocible, más aguerrida que antes, como si hubiera pasado por una sobredosis de ginebra, lo que se nota a las claras en canciones como “Los tiempos no han cambiado” o “Saboreando la derrota”. 


Dentro de un estilo que pocas bandas supieron transitar (quizá solamente Doble Fuerza con su “Edrev Lobert Punk Rocker”), Mala Suerte consiguió dejar asentado no solo su testamento musical sino también uno de los mejores discos de la década.  



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